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Terapia visual

La vida es para verla a todas las distancias

La terapia visual utiliza técnicas y herramientas para reeducar el sistema visual creando conexiones neurológicas y nuevos niveles de conciencia.

La terapia visual está indicada en casos de ambliopías,estrabismos, problemas refractivos, problemas de aprendizaje, problemas de motilidad ocular, estrés visual, problemas binoculares

Desde las edades más tempranas el cerebro va acumulando experiencias y organizándolas en forma de patrones.

El sistema visual va más allá de los ojos, encargándose de percibir la información de lo que nos rodea, procesarla, y conformar un significado para comprender lo que se está viendo. Todo este proceso debe realizarse eficazmente ya que gran parte de la información que procesamos nos llega en modo visual.

Cuando este proceso falla en alguno de sus pasos surgen problemas de diversa índole.

La eficacia de este proceso no depende exclusivamente de factores fisiológicos, sino que depende de la propia evolución de la persona y de cómo haya desarrollado y entrenado su sistema visual para realizar las tareas que tiene encomendadas.

La terapia visual utiliza técnicas y herramientas para reeducar el sistema visual creando nuevas conexiones neurológicas y nuevos niveles de conciencia.

La terapia visual está especialmente indicada en casos de estrabismos, ambliopías, problemas binoculares, problemas refractivos, problemas de aprendizaje, problemas de motilidad ocular, estrés visual y pacientes que quieran mejorar su sistema visual.

Ambliopía.

La ambliopía u ojo vago consiste en presentar disminuída la facultad de la agudeza visual en alguno de los ojos o en ambos.

Se trata de un problema de rivalidad binocular que afecta de forma sensorial, motora y perceptual y que suele ir acompañada de errores refractivos no compensados.

Los síntomas asociados a la ambliopía son: mala motilidad general, bajo rendimiento visual, dificultades en el cálculo de distancias, localización espacial imprecisa, bajas habilidades psicomotrices, visión doble o problemas de aprendizaje.

Estrabismo.

Consiste en una incorrecta alineación de los ejes oculares al apuntar a un objeto. Puede presentarse en un ojo, ambos, de forma constante, alternante o intermitente.

Aparte del problema estético, en esta condición se producen una serie de adaptaciones sensoriales y motoras que dificultan su rehabilitación si no se interviene a tiempo.

La terapia visual trata de rehabilitar el estrabismo simultáneamente desde un punto de vista motor y sensorial. El éxito depende del tipo de estrabismo, la edad en que aparece, cirugís previas y adaptaciones sensoriales.

Miopía.

La miopía es un problema debido al estrés visual en visión de cerca que afecta a los sistemas acomodativos y binoculares provocando borrosidad en visión lejana.

El miope suele situar su área de acción muy cerca de él por evitar las distancias lejanas. Suelen ser personas de baja actividad física.

Los síntomas más comunes de la miopía son: visión borrosa de lejos, preferencia a realizar trabajos de visión próxima, somnolencia o dolor de cabeza tras tareas prolongadas de visión cercana, guiños, fruncimientos al mirar a lo lejos.

Hipermetropía.

La hipermetropía puede afectar los sistemas acomodativo y binocular presentando diferentes sintomatologís.

El hipermétrope evita las distancias cercanas y suele ser muy activo e inquieto.

Los síntomas más comunes de la hipermetropía son: visión borrosa de cerca, dolores de cabeza, falta de atención en tareas de visión próxima, picor de ojos, ojo rojo o falsa hiperactividad.

Astigmatismo.

Puede afectar los sistemas acomodativo y binocular presentando muchísima sintomatología.

Se diferencia entre astigmatismo tensional y astigmatismo estructurado.

El astigmatismo, al ir asociado a hipermetropías y miopías puede tener un cuadro variable siendo más problemático cuando va asociado a hipermetropía.

Los síntomas más comunes del astigmatismo son: fotofobia, sensación de arenilla, dolor de cabeza, ojo rojo, conjuntivitis, blefaritis o cansancio visual.

Presbicia.

Los síntomas más comunes de la presbicia incipiente son: borrosidad ocasional o mantenida de cerca, necesidad de alargar el brazo para poder leer, dolor de cabeza, picor de ojos o sensación de quemazón o picor.

Problemas de aprendizaje.

Algunos de los síntomas que alertan de un problema de aprendizaje de origen visual son: problemas al aprender a leer o escribir, problemas de interpretación, problemas de lateralidad y discreccionalidad, problemas en la orientación espacial, problemas de atención, bajo rendimiento académico.

Problemas de aprendizaje